4 de febrero de 2011

Millerna: Part II

Los años pasaron llenos de victorias y fracasos, pero cada uno de ellos había convertido a la princesa desterrda en una de las mejores combatientes de la academia. Al cabo de un tiempo, en un caluroso día de verano, Millerna preparaba una mochila sola en la que había sido su habitación por 8 años. Este era el momento, no podía contener la emoción y una gran sonrisa estaba dibujada en su rostro. Comenzaba su más grande aventura: Vivir.

Millerna se convirtió en una hermosa mujer, de un cuerpo provocativo pero con un alma cálida. A pesar de eso, las personas seguía temiendóle ya que no es muy común tener un héroe con esa apariencia tan extravagante, que la convertían en única en la tierra. Sin embargo, con un gran esfuerzo logró ganarse un lugar en la sociedad, siendo reconocida por su lealtad y su gran ferocidad en las batallas, pero sobre todo por entregar todo lo que tenía para su entonces único motivo de existencia, su fe.

Muchas batallas peleó. Conoció lugares que creyó imposibles que existieran y gente de todos los colores, tamaños y personalidades, pero aún faltaba algo, no sabía que era exactamente pero estaba decidida a encontrarlo, aunque en realidad, podría decirse que más bien la encontraron a ella.

La arena comienza a ser molesta, debo aceptar el hecho de que estoy perdida, agotada...No puedo rendirme, un paso más...sólo un paso más.- Millerna pensaba, mientras caminaba sin rumbo en un gran desierto, que sin duda era imponente, pero que nunca creyó que fuera mortal.. La noche cayó, helada y sin piedad. Sin aliento, el cuerpo de la guerrera se desplomó contra la arena, cayendo muy cerca de la hierba que provocaba que la piel se hinchara y se pusiera de un color rojo brillante. Giró y se acostó sobre su espalda, podía ver las estrellas, tan distantes y lejanas y pensó que le encantaría estar ahí... En realidad, en cualquier lugar que no fuera ese campo lleno de tierra caliente.

La arena comenzó a moverse y levantarse alrededor de ella, formando un enorme torbellino. No sabía que pasaba, se incorporó y su puso en guardia. En un abrir y cerrar de ojos se encontraba en un precioso palacio y lo vió, aquello que había estado buscando estaba ahora frente a sus ojos y antes de que pudiera decir nada, escuchó la voz más bella, dulce y gentil diciendo:

-Mi nombre es Lord Valder.